- Qué es Ticeap
- Silvia Kamienomostki
- Equipo
TICEAP (Transformación Integral
Consciente desde el Espíritu y el Alma para la Personalidad) es un espacio que creamos para difundir y practicar la Evolución Consciente, y para seguir investigando sobre ella.
Todo el trabajo de investigación y desarrollo de las herramientas originales empleadas, tales como mudras, sonidos y geometrías, así como también meditaciones dinámicas, textos y ejercicios, es una experiencia transmitida a quienes se acercan, tanto en la asistencia a pacientes y la formación de profesionales, como en el crecimiento espiritual. El rango de aplicación de estos materiales es muy amplio: ayuda a conectar con muy diversos planos espirituales y cósmicos; permite mejorar la estructura energética o incluso corregir dificultades en ella; puede facilitar la conexión con cualidades puras, tales como la Verdad, la Simpleza, la Esperanza y tantas otras. Además, a medida que la conciencia crece, los instrumentos aumentan su poder. Este “cuerpo colectivo” de experiencias y conocimiento incluye una visión cosmogónica donde estos instrumentos precisos nos ayudan a experimentarla. Brindan la posibilidad de trabajar con el alma en forma voluntaria y ordenada, así como con los territorios energéticos de la personalidad, pudiendo ser también una herramienta fundamental para el trabajo de los profesionales de la salud interesados en integrar a sus otras formaciones esta Psicología Espiritual en su trabajo diario.
Para acceder a este crecimiento de la Conciencia resulta ineludible el trabajo en la transformación personal a modo de preparación, para poder experimentar un orden superior. Este trabajo interno incluye un abordaje particular en relación a los obstáculos que vivimos. Los tomamos como un mensaje del Alma y como una expresión de la dualidad que busca transitar el camino hacia la Unidad.
El sentido de plasmar todos estos conocimientos y herramientas, nos permite compartir con otros dichas experiencias para invitarlos a vivir la aventura de abrirse a este nuevo mundo.
Formamos profesionales, acompañamos despertares y crecimientos espirituales; atendemos pacientes y seguimos investigando…
Todo el material que se utiliza y menciona en Ticeap fue creado por la Lic. Silvia Kamienomostki. Un equipo de profesionales participa y contribuye en la tarea de investigación, docencia y difusión del mismo.
El mayor anhelo de quienes formamos Ticeap es poder permanecer en aquella coordenada de conexión con la Energía Divina, en una vinculación activa con nuestra Alma para que trabajando con otros podamos trascender y transformar lo que creemos ser hoy y así re-unirnos con lo que realmente somos. Pues creemos que la transformación deberá ser colectiva para poder lograr que Espíritu y Materia Divina, y con ellos el pleno progreso evolutivo, puedan manifestarse aquí en la Tierra.
Tu sonido y tus palabras fueron, son y serán una energía viva e irradiante, una fuente pura que logra inspirar el anhelo de la búsqueda del despertar de la Conciencia. Gracias Silvia (1956 - 2016).
Equipo Ticeap.
FINITUD e INFINITUD
…Sólo se experimenta la finitud en forma diferente cuando el plano superior a ella tiene un nivel de actividad razonable, presencia. Hay una expresión de entrega. Notar la diferencia de estar entregado a la finitud o a la Infinitud. Podríamos decir entrega con minúscula o mayúscula. Si se va volviendo habitual el vivir en la presencia, lo finito deja de inquietar y se observa su función, que por su propia limitación y frustración, no puede volverse hacia lo Infinito y lo Eterno.
Es con la experiencia con la Infinitud que el alma se vuelve consciente de sí misma. Como una instancia absolutamente diferenciada de lo temporales que son los instrumentos a través de los cuales se vuelve consciente de sí misma. Y empieza el alma progresivamente a experimentar la Presencia del Espíritu y la Bienaventuranza sintiendo que son ellos quienes la infunden y en cierto modo la guían y la dirigen. Los sacudones, los eventos intensos no son para regenerar al ego, son para despertar el alma. El reto, el cometido, el desafío tiene que ver con el alma despierta y presente; con esa posibilidad… (Leer artículo completo aquí.)
- Lic. Silvia Kamienomostki.
BIOGRAFÍA
Planté un hijo, escribí un árbol y tuve un libro. Es necesario marear, controlar o dominar el mental habitual para poder acceder a otras vivencias, a otros estados de conciencia. Ha sido y es de un profundo interés para mí comprender otros modos de funcionamiento que se encuentran más allá del mental ordinario, es decir busco un saber que exceda lo lineal, lo analítico, lo explicativo y lo emocional.
Desde muy pequeña me acompaña el anhelo que busca conocer la Verdad, y comprender “cómo son realmente las cosas”. Siempre quise saber cómo había comenzado a existir el Universo y de qué estaba compuesto.
Andando en la búsqueda de los misterios comencé a recibir, estando en conexión espiritual con planos de conciencia superiores al mental, herramientas que permiten la repetición de las mismas experiencias pudiéndose así reproducirlas y compararlas. La herramienta, su posibilidad de repetir la experiencia y la posibilidad de cotejar resultados vuelven a estos instrumentos científicos. Pero integrar lo espiritual a lo científico supone algo aún mayor que el cumplimiento de estas tres condiciones.
Cuando se habla de la controversia entre Oriente y Occidente no se hace más que atender a una u a otra faceta de la experiencia humana. Creo más bien que como especie debemos trabajar para una integración de ambas vertientes y e incluso buscar una tercera experiencia superadora de ambas. Con esto quiero decir que el desarrollo intelectual tiene necesariamente en estos tiempos en que estamos viviendo un “techo evolutivo”, dar lugar a la Fe como energía que no se encuentra alojada en la mente sino el corazón habilita la experiencia directa donde el observador y lo observado se vuelven uno. El conocimiento divide mientras que el saber une. Integrar la espiritualidad a lo científico implica incluir la energía de la fe que no busca sino conocer la Verdad Suprema y que sabe que la función de la mente es ser apenas una intermediaria entre lo humano y lo divino o una procesadora de vivencias que no se originan en ella.
Soy licenciada en Psicología y realicé diversos postgrados. Mirando retrospectivamente creo que estaba tratando de saber qué y quién es “el hombre” y cómo puede sentirse pleno. Esto implica tanto, dejar de vivir con síntomas o dificultades, como poder responder a la pregunta de modo vivencial de cuál es el sentido de la vida aquí en la Tierra y realizarlo.
Si bien todo lo que aprendí me brindó enseñanzas lo que me resultó especialmente provechoso fue incluir todas las dimensiones espirituales del hombre para conocerlo y conocerme cada vez más.
El des-cubrimiento, que no es más que el des-velamiento, gradual y progresivo de lo que somos realmente; me parece una aventura maravillosa, cautivante e insoslayable.
Dicha aventura me fue llevando por caminos muy diversos. Conocí el espiritismo, el ocultismo, distintas religiones y filosofías que buscan dar respuestas a qué es el hombre y para qué estamos aquí en la Tierra.
Sería muy extenso desarrollar esto ahora. Pero en muy pocas palabras diré que el Cosmos es en sí mismo una experiencia dinámica y evolutiva. El Creador o Dios inició esta gesta heroica, dicen muchos maestros, para su propio deleite y en una dinámica de precipitación descendente y ascendente busca que experimentemos Lo Divino en infinitas y eternas formas.
Andando la experiencia empecé incluyendo progresivamente todo lo que iba viviendo espiritualmente en la consulta de clínica psicológica que practico hace ya 30 años.
Como cuento en el libro en los últimos 20 años pude ir compartiendo todo este conocimiento alcanzado con otros colegas pudiendo así enriquecer y dinamizar el material entre todos.
Luego empezamos a comunicarlo “hacia afuera” a otros más y el propio empleo de textos y herramientas fue mostrando su utilidad en cuanto a las tres cosas que resumen la tarea que hoy se lleva a cabo en la escuela Ticeap, que tengo el honor de dirigir.
Y ellas son las siguientes: la primera es la transformación de nuestros aspectos menos evolucionados de la mente, las emociones, la vitalidad y el cuerpo físico a través del ensanchamiento de la Conciencia y del Descenso. Estas dos últimas son la segunda y la tercera.
La tarea del Creador se manifiesta aquí, en la Humanidad, a la escala que nos corresponde en un movimiento de Ascensos y Descensos o como decimos más informalmente de “acá para allá” y de “allá para acá” (de lo invisible a lo visible y de los visible a lo invisible) de modo simultáneo y aspirando a que sea permanente, de manera que podamos habitar plena y conscientemente nuestra identidad y lograr vivir una Vida Divina aquí en la Tierra.
Luego de unos años de desarrollo de la Escuela en donde la actividad es clínica, docente, de crecimiento espiritual y de investigación, se impuso el libro como un Ser que prácticamente se gestó a sí mismo como consecuencia de todo lo que estoy compartiendo con ustedes y de tantas cosas más. Digo que se escribió a sí mismo porque en unos pocos meses estaba escrito, corregido y editado.
El libro es entonces un modo de compartir experiencias espirituales vividas tanto en forma personal como colectiva. Desarrollo en él un modo de experimentar la vida y nuestra capacidad de ser activos en el modo en que la vivimos. Poniendo a disposición de otros, no solo una cosmovisión sino textos y herramientas, para que puedan servirse de ellos y emplearlo en su propio viaje por la Tierra. Comparto en este libro, una visión del hombre multidimensional que incluye el Alma y el Espíritu así como sus redes de pertenencia a distintos planos. Escribí acerca de la dualidad, división en la que nos desenvolvemos los humanos (evolución-involución) y de cómo podemos trabajar para acercarnos a la Realidad Suprema Consciente.
En lo personal, y al igual que muchos otros, creo que estos tiempos tienen una impronta particular en donde el hombre, nuestra especie, se halla ante la posibilidad de una transición hacia un siguiente eslabón evolutivo. Esto mismo hace que exista una facilitación para la conexión con nuestro Ser Esencial gracias a la disolución de algunos velos de la ignorancia y de la inconsciencia que estamos experimentando.
Actualmente existen básicamente tres estados de conciencia en nuestra especie. Estar despiertos, semidespiertos o dormidos. Y coexisten un sinfín de hipótesis en cuanto a lo que este “fin de ciclo” representa o significa. Algunos ven sólo un final más o menos amable y otros como nosotros vemos un final y un comienzo, un advenimiento, un crecimiento significativo de la Conciencia que permitirá que la Conciencia que se encuentra más allá de la mente y que es la intermediaria entre El Creador y el humano descienda a la Tierra y a nosotros para que seamos y actuemos según el orden Divino Consciente. Esto nos convertirá en Seres Divinos encarnados con la posibilidad de emprender el recorrido de una y otra maravilla que nos están aguardando.
Con esto quiero decir que resulta evidente para nosotros que la posibilidad ya está aquí, entre nosotros, y que tenemos pruebas cada vez más contundentes de ello. Tanto de lo que la energía primordial “destruye” en apariencia como de aquello que gesta en forma evidente y sutil para nosotros aquí.
Creo entonces que más importante que cómo y cuándo sucederá la manifestación plena del progreso evolutivo es quiénes de nosotros anhelamos participar como precursores conscientes de esta aventura.
Nací en Buenos Aires, en el año 1956, en un hogar de clase media baja. Estoy conscientemente conectada con el mundo invisible desde que tengo uso de razón. La primera palabra que pronuncié, cuentan en mi familia, fue Eolo (Dios del viento) acompañado de la actitud corporal de estar escuchando al viento.
Perdí a mi queridísima abuela paterna a los 5 años y yo la sentía tan presente, que incluso la veía sin distinguir que no estaba “acá”. Una vez me dijo, estando desencarnada, que vendría a buscarme a la noche para ir a pasear y yo dejé mi ropa preparada en la escalera. Se trataba de paseos por mundos intraterrenos que se volvieron usuales, experiencias que para mi entonces eran naturales y aún hoy lo son.
Crecer en occidente, en una familia atea, hizo que muy rápidamente decidiera reservarme todo esto que veía y vivía. Recuerdo que hice un intento por compartir lo que me sucedía que terminó con una visita al pediatra y una pastillita rosa para tomar. Algún instinto me acompañó en ese momento que hizo que en vez de tomarlas las tirara por el inodoro.
Mi infancia fue una experiencia difícil, incluyó mucha violencia y lo que sin duda me sostuvo fue la compañía que experimentaba estando conscientemente conectada al mundo invisible. Como decía viví experiencias sumamente dolorosas y solo con el paso de los años pude comprender el sentido de todo ello.
Me inspiraron y acompañaron enormemente biografías de seres excepcionales, tales como las de Sri Aurobindo, Mira Alfassa y Mahatma Gandhi, personas que tuvieron vidas complejas y este hecho de alguna manera parece haber incidido positivamente en la fecundidad de su tarea. La dualidad en la que vivimos parece hacer necesaria ciertas experiencias intensas que aseguran y motorizan la conexión y la búsqueda de soluciones, incluyendo al mundo espiritual.
Al día de hoy es así como veo mi historia, plagada de sucesos tanto afortunados como difíciles y siento que todos ellos abonaron mis búsquedas y mis encuentros. Me parece increíble y maravilloso poder sentir la bendición, en relación a todo lo vivido.
Una de las experiencias señeras en esta encarnación fue haber estado secuestrada en el año 1977, por razones políticas. Desde muy joven, a partir de los 13 o 14 años comencé a participar en distintos movimientos políticos, siempre buscando ayudar a cambiar el mundo y a terminar con las injusticias. Cuando fui secuestrada yo colaboraba en una villa de emergencia. Todavía hoy siento la necesidad de aclarar que no participé en ningún movimiento armado, pues estoy convencida que la violencia raramente construye. Creo que con los años, mis ideales afortunadamente no han cambiado, sólo se han reorientado. Creo profundamente en la Evolución del hombre y a mi manera dedico mi vida a ello.
Durante el secuestro tuve experiencias difíciles por un lado (tortura, falta de alimento, de abrigo, de higiene), y bellas por otro, pues se profundizó mi conexión con el mundo espiritual. Yo tenía entonces apenas 21 años, estaba casada, estudiaba psicología y no pensaba en tener hijos hasta haberme recibido. Tuve entonces una visión de un ser maravilloso y el anuncio de que tenía que tener un hijo. Fue un guiño de Lo Alto que me indicaba que podría salir viva de allí, y así fue. Dicha visión se plasmó en la realidad, ya que al tiempo fui liberada y poco después me convertí en la madre del hijo anunciado.
La percepción y la intuición siempre formaron parte de mi vida. Tuve muy diversos accidentes: de auto, colectivo y aéreo y en todos los casos tuve la bendición de ser advertida y cuidada, nunca supe por qué, pero lo agradezco infinitamente.
Una de mis frases preferidas es que el obstáculo es la oportunidad, y la expreso con una inmensa convicción, ya que por la permanente ayuda que tuve de Lo Alto, pude encontrar tanta fecundidad en lo aparentemente adverso y crear a la vez herramientas para que otros pudieran experimentar lo mismo, por lo que no puedo menos que estar eternamente agradecida a todas y cada una de las experiencias aparentemente poco gratas que se manifestaron en mi vida. Lla dualidad es el plan pedagógico en el que vivimos en esta Tierra escuela y trato de vivir cada momento adverso, buscando las bendiciones que cada dificultad me trae.
Una vez recibida de psicóloga recordé que cuando había llegado el momento de elegir una carrera, experimenté sin saberlo entonces, una broma cósmica: la psicóloga que me realizó el estudio vocacional, (yo quería ser psicóloga), me dijo en forma muy terminante que debía sin lugar a dudas estudiar computación, ya que la psicología no era para mí, sobre todo porque no tendría la voluntad de mantenerme actualizada. Lo valoro como un bellísimo guiño, porque muchos años después creé el sistema Ticeap, una propuesta diferente que actualiza de una manera radical el enfoque psicológico tradicional.
Al mismo tiempo, como ser obediente en más de un sentido ha sido una característica de mi personalidad, hice un año de computación paralelamente al inicio de mis estudios de psicología, probablemente para asegurarme de cuál era mi verdadera vocación.
También hice muchos postgrados en relación a la psicología. Debo confesar que utilizo al día de hoy muchos más recursos relacionados con el hemisferio cerebral derecho (intuición-percepción) que conocimientos adquiridos por la vía del hemisferio cerebral izquierdo. Pero a la vez tengo claro que fundar lo que estamos intentando, un sistema de conocimiento y herramientas, nacido aquí en Argentina, en occidente y no en oriente, donde todo esto tiene social y culturalmente un lugar muy distinto, requería de tener papeles o sea títulos que enmarcaran la propuesta en un contexto de seriedad que la sociedad reclama. Con TICEAP creo que estamos contribuyendo en el intento de crear un puente de occidente a oriente que integre lo valioso que ambas visiones del mundo tienen.
Una vez que terminé la educación formal, empezó a manifestarse en mí cual catarata, muchísima información proveniente del mundo espiritual. Los comienzos fueron algo alborotados y muchas veces confusos. Me llevó muchos años organizar toda esta experiencia-información y lo hice con la ayuda de colegas.
Con el tiempo esta información fue decantando hasta consitituirse en un cuerpo de conocimiento que toma al hombre en su multidimensión y explora todos sus planos de manifestación, así como el modo de acceder a ellos. Desarrolla especificaciones acerca de los distintos planos mentales, emocionales y físicos. Esto se fue plasmando en textos que describen estas experiencias.
También tuve la oportunidad de crear instrumentos como mudras, sonidos y geometrías que tienen muy diversas aplicaciones: pueden ser utilizados tanto para obtener ayuda para reequilibrar nuestro sistema energético, como para adquirir una disciplina espiritual y acrecentar nuestra conexión con Lo Divino.
En toda esta construcción se fue haciendo evidente que no había nada más importante que trabajar en la transformación personal, sobre todo para disminuir las distorsiones y para intentar purificarnos de todo lo que en realidad no somos.
También se fue revelando más profundamente a lo largo de este recorrido el para qué estamos aquí, y es nada menos que para trascender y profundizar lo que creemos ser hoy. Esta revelación incluyó material para apoyar y acompañar este trabajo. Y aún cuando todavía me sorprendo de su utilidad, debo decir que independientemente del valor de los instrumentos, nada supera la voluntad personal y el anhelo de andar el camino… Eso es algo que cada uno de nosotros debe encontrar dentro de sí.
Esta brevísima descripción de lo que tuve la dicha de ser canal para expresar, me llevó muchísimos años de trabajo y empeño. A veces me parece mentira ver este cúmulo de conocimientos circulando y resultando afín a otras personas, teniendo vida propia; yo me reservo sólo la autoría y la tutoría del mismo.
Un comentario aparte merece la posibilidad que tuve de acceder y ordenar materiales para trabajar con negatividades, es decir poder crear un material que funciona con muy buenos resultados en situaciones donde lo necesario es exorcizar esas energías.
Lo más audaz que experimento en el presente es transitar la experiencia de que la materia física también habrá de evolucionar y diría que al día de hoy, siento que lo más innovador que vivo es investigar con el cuerpo lo por venir. Esta es la tarea con la que me siento más comprometida actualmente, junto con la divulgación.
Todo este proceso que duró años fue haciendo que inevitablemente, me sintiera diferente y algo sola. Agradezco con el Alma que esta situación haya cambiado, porque sobre todo en los últimos quince años, he podido empezar a hacer público lo privado y perfeccionarlo hasta que tomara la forma que hoy tiene, con la ayuda del Divino, que me acercó personas con las que nos acompañamos en este camino. La colaboración fue tanto en el orden de ir integrando los materiales como posteriormente en su difusión.
A lo largo de todo este proceso de creación de este material (experiencia que todavía continúa) he vivido experiencias que podrían formar parte de un anecdotario por demás extenso. Entre tantas perlitas elijo una para compartir, y es que me llevó unos cuatro años descender toda la estructura de este cuerpo-información, tiempo en que estuve con una dolencia física que me llevó a estar sin trabajar en mi consultorio durante todo ese período y mágicamente empecé a mejorar cuando todo este material se fue redondeando. Parecería ser que este fue el modo que Lo Alto eligió para que pudiera realizar esta tarea. Siempre me asombra inmensamente la forma impredecible y particular que tiene el cosmos de hacer las cosas.
Otro recuerdo conmovedor fue cuando me indicaron cuál sería la geometría madre del sistema (todas las demás resultaron de quitar o resaltar partes de ella). Me parecía que al ser la más importante tenía que estar muy segura de que fuera la correcta, entonces pedí muy especialmente una confirmación. Me sugirieron que me fijara en un libro que estaba en mi biblioteca, en una determinada página... y allí estaba ella: la geometría de doce puntas. Lo notorio era que había comenzado a leer ese libro algunos años atrás y había interrumpido su lectura unas páginas antes de llegar a ella.
Disfruto mucho de estos guiños que el Cielo me brinda: son por demás ocurrentes y siempre sorprendentes, como aquel en que me mostraron a quien hoy es mi hijo Fernando, un gran compañero de camino y un premio a tantos años de soledad espiritual vivida aquí en la Tierra, pues él también trajo una conexión consciente con el mundo espiritual. Quizás muchos también la traemos y a veces la educación que recibimos, a la vez que nos forma para poder adaptarnos a nuestra sociedad, nos deforma en relación a nuestro verdadero origen. Hoy mi hijo ya crecido me honra compartiendo este proyecto y participando del equipo docente de Ticeap.
En este párrafo quiero incluir agradecimientos muy especiales: a Haydée Frin, quien es, para decirlo con palabras académicas “una amiga de fierro”. Desde mis comienzos hasta el día de hoy seguimos investigando juntas algo por demás sencillo: “la evolución de la materia y su posible divinización”. Haydée es incondicional hasta la locura (creo que aquellos que se hayan sentido un poco locos por ser aparentemente diferentes, me van a entender).
Agradezco también a Catalina Ripa quien dedicó muchas horas de su tiempo a acompañarme en esta aventura, utilizando estos materiales en su consulta, compaginando y editando una cantidad de material verdaderamente considerable.
Como decía, darle forma a toda esta experiencia fue una ardua y riquísima tarea que se coronó con la creación del Centro Asistencial y Docente de Psicología Espiritual TICEAP, un espacio en el que a través de diversas actividades, utilizamos todo este conocimiento y herramientas, compartiendo de este modo nuestra aventura con todos aquellos que se acercan a nosotros.
Un agradecimiento muy especial va para el equipo de difusión que está trabajando en y para TICEAP desde hace ya algún tiempo.
Por último quiero agradecer a todos los que nos honran formando parte de esta aventura a través de su participación en las actividades de TICEAP en forma presencial y a través de las redes sociales en internet.
Lic. Silvia Kamienomostki
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